top of page

Cosas de madre

CUANDO EL NIÑO TOSE

( para mi hijo Carlos)

Hay que ver lo que nos duele el sufrimiento de los hijos.

Pocos o ningún dolor se le parece.

Cualquier problema que tengan, es terrible lo que nos desajusta. A madres y padres.

Más a las madres. Aunque depende de la personalidad de cada uno.

Estás tan tranquila haciendo croquetas en la cocina y de repente. ¡Zas!

Tu hijo tose.

Un sólo tosido

En ese preciso segundo el corazón se te encoge. Tanto que la masa de las croquetas se corta al momento.

Pero ese es el menor de tus males ahora mismo.

Tu hijo ha tosido. Cuán niña del exorcista, te giras, le miras y te vas a él como una flecha. Acercas tu oido a su pecho( no hay mejor fonendo por mucho que avance la tecnología)

y le dices con el alma en un puño.

- Carlitos, tose otra vez. Intentando no perder el control

El niño que ya se lo huele y que está al playmobil, te dice que no tiene más tos

Tú sin levantar el oído del pecho del niño le dices.

-Carlooooos te he dicho que tosas!!!! Ahora ya si. Gritando.

Y Carlos tose.

Y ahí el temblor de piernas. ¡Ay la madre de Dios , que es la virgen!!

Echas a correr escaleras arriba.

Los escalones de dos es dos. Ni el redbull que da alas te hace subir más deprisa.

Entras en el baño, abres absolutamente todos los armarios, coges el termómetro, el vicks vaporub, el dalsy y el apiretal por si acaso. El corticoide, el nebulizador, el suero fisiológico, gasas, algodones, jeringuillas...

El vaporizador también, con la esencia de eucalipto, toallas para apoyar el vaporizador.

Y por si fuera poco con la otra mano intentas llamar al papá, que está sabe Dios dónde para que se vaya viniendo a casa ¡YA! Que la cosa pinta fatal.

De momento no ha cogido el teléfono.

Insistes 15 veces más y nada. El mundo se tambalea.

Así es que bajas como alma que lleva el diablo, ahora con más cuidado porque los escalones los bajas a ciegas con tanta cosa y te plantas delante del niño, con uma mala hostia que das miedo pero con toda la artillería.

El niño que sigue aparentando entretenerse, te ve, y ya de sólo verte, le viene otro golpecillo de tos que a ti ya te suena a laringitis aguda.

Y ahí empieza el despliegue.

- Carlos al sofá.

Y Carlos que ya se sabe la cantinela se va al sofá a regañadientes mientras farfulla:

-Mamii nooo, porfaaaa

Tu que estás empezando a asentar el campamento con precisión militar no le das opción.

El niño aún se acuerda de la croquetas.

- Mami, cenamos croquetas?

- ¿Croquetaaaaas? . La verdad que se te habían olvidado. ¡Menos mal que las habías apagado!!

- !Estoy yo ahora para croquetas Carlos!!

Le dices mientras ya le has metido el termómetro hasta la garganta.

Y si así empieza una laringitis imagínate cualquier otra cosa.

Un problema con los amigos, en el colegio, en el instituto, con la novia de turno,, con las malas compañías, con la rebeldía anunciada de los adolescencia, con las autolesiones, con las ansiedades y depresiones, ...( esto, ya no por mi hijo, que aparte de las laringitis no me dió grandes problemas)

Todo. Absolutamente todo, para una madre es una batalla campal cada día.

Y así es para siempre.

No te lo pierdas.

Los problemas se van complicando a medida que crecen.

Es una ruleta de por vida.

No quiero desalentar la maternidad.

Algo tiene que nos hace invencibles.

Eso sí. Con artillería mejor.

Y entre dos bien avenidos, mejor también

L.R

Psicóloga y madre


Publicaciones recientes
Archivo
Buscar por etiquetas
bottom of page